jueves, 24 de diciembre de 2015

Reencuentro con el Dios interior.


Mensaje de Navidad 2015 del Arzobispo Juan Carlos Urquhart de Barros
Iglesia Episcopal Antigua de tradición Católica y Apostólica.


Como el mismo Cristo “el hombre no nace en la naturaleza. No nace desde los elementos hostiles, ni de los astros o vegetales. Nace desde el útero materno y es recibido en los brazos de la cultura. El hombre por ser un mamífero nace en otro y es recibido en sus brazos. Si fuéramos vivíparos, como los peces por ejemplo, podría hablarse de que la experiencia proxémica, hombre-naturaleza, es la primera. El pececillo debe defenderse solo en las infinitas aguas que lo rodean hostiles. El hombre en cambio nace en alguien, y no en algo; se alimenta de alguien, y no de algo.” (1)


“Y un día sucedió que “dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón." (Lc 2, 7; RV 1960).
Que aquel Cristo que nació del vientre de una mujer virgen y en un pesebre, renazca cada día en nuestros corazones.


Si analizamos nuestro entorno; constataremos que la catedral inmensa que nos envuelve es el mundo, todo lo que está ahí es para disfrutarlo, para dominarlo “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra” (Gn 1, 28; RV 1960); pero dentro de ese macro lugar que es la casa compartida, antes debemos ocuparnos en reconstruir dos lugares: el pesebre y el refugio.


El pesebre es ese lugar humilde, santo, donde nacimos y crecimos, y el cual un día dejamos para formar otro: el hogar. Ese segundo vientre, exterior y material, nos permite sentirnos seguros, cómodos, plenos y desde esa comodidad familiar, ir creciendo, madurando, preparándonos día a día para interactuar con nuestros semejantes. Hermanas y hermanos iguales que nosotros que esperan allí afuera, en ese gran universo lleno de tensiones e ilusiones, un aporte bueno y solidario, para el bien común.


El refugio es ese lugar intimo en el que inhabita Cristo con nosotros, ahí elevamos nuestras más profundas plegarias, en Gálatas 2:20 mediante una escritura penetrante; el apóstol Pablo escribió: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. Aprovechemos este tiempo, no esperemos más y aportemos mediante nuestra voluntad y acciones el crecimiento del Cristo en nuestro interior.


La Biblia dice claramente que nosotros debemos ser el templo en el que habita Dios (2 Corintios 6:16). Dios y Cristo viven en nosotros por medio del Espíritu Santo (Romanos 8:9-11). Por lo tanto, el grado en que Dios y Jesucristo moren en nosotros depende del grado en el que sigamos la guía del Espíritu Santo y utilicemos su poder para realmente llegar a ser como Dios el Padre y Jesucristo, en cuanto a su naturaleza, carácter, espíritu, actitudes, enfoque y amor.


El macro lugar que Dios pensó para nosotros está agonizando: una sobre explotación de los recursos no renovables; el cambio climático adverso; las guerras se multiplican; el narcotráfico avanza; los terroristas enloquecen; el capitalismo sigue engordando; persisten las discriminaciones de genero, sexuales, raciales; el gran drama de los refugiados; los 43 estudiantes mexicanos no aparecen; las masacres de Palestina, Francia, Irak; Haití; los indígenas siguen luchando por sus tierras; el egocentrismo político dividendo a las personas; se construyen nuevos muros; el hombre es lobo del hombre…nada responde a Dios y todo es causa de la persona humana.


Siempre es bueno repensar un nuevo pesebre, rediseñarlo, cuantas cosas de más y cuantas cosas de menos…concentrarnos en tener lo suficiente para vivir en equilibrio y ayudar a los otros a que lo logren, estas acciones nos llevarán a la armonía entre las personas y luego reflejarán en la Paz para todas y todos.


Apelando a la razón y a los mensajes de los grandes iluminados de la historia: todo comienza en el interior de la persona; en ese refugio donde día a día nace o muere nuestra parte divina; allí decimos los cristianos esta Cristo. Esa parte divina está en todas las personas buenas y malas; pero es la obligación de aquellas de buena voluntad trabajar en ese refugio para afinar al máximo los instrumentos de nuestra humanidad, para salir hacia afuera a dar lucha y construir ese mundo pacífico que antes lo soñó y lo diseñó Dios; ese mundo que Cristo antes del Cristianismo comenzó a reconstruir con acciones.


Queridos hermanos y hermanas, Cristianos, creyentes en Dios, hombres y mujeres de buena voluntad ¡accionemos! un mundo mejor es posible, y es posible desde nuestro refugio interior hacia afuera; que la luz interior de cada uno, al igual que la estrella de Belén ilumine a partir de esta Navidad un nuevo mundo: justo, solidario y en Paz.






Juan Carlos Urquhart de Barros
Arzobispo
Iglesia Episcopal Antigua de tradición Católica y Apostólica.






Nota:


(1) Dussel, Enrique; Filosofía de la liberación. Cap.2 De la Fenomenología a la liberación. Proximidad originaria, pag 29. Ed. La Aurora. Buenos Aires. 1985.-

jueves, 17 de diciembre de 2015

Fin de año con "Acción de Paz"


En Buenos Aires, el 15 de diciembre cerrando el año con la "Fundación Acción de Paz" en otro Encuentro Interreligioso, esta vez: "por una navidad solidaria para los hermanos en situación de calle y por el nuevo año". En la "Sala de representantes" Complejo histórico cultural, Manzana de las luces.









Palabras de Bienvenida a cargo del Presidente de "Acción de Paz" Lic. Alejandro D´Alesandro
























Palabra finales y balance del año a cargo del Presidente de la organización "Acción de Paz" el Lic. Alejandro D´Alesandro.


Obra de Teatro "Fusión" un éxito que conmovió a todos los presentes.


"Oh Dios, tú nos hiciste a tu propia imagen, y nos redimiste por Jesús tu Hijo: Mira, en tu compasión, a toda la familia humana; quita el odio y la arrogancia que nos corrompen el corazón; derrumba las barreras que nos separan; únenos en vínculos de amor; y actúa a través de nuestra lucha y confusión a fin de cumplir tus propósitos en la tierra, para que a su debido tiempo todas las naciones y razas te sirvan en armonía alrededor de tu trono celestial; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.!

Arzobispo Juan Carlos

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Actividades ecuménicas diciembre 2015.


Fieles al espíritu ecuménico e inclusivo de Cristo, y respetando el valor de las sagradas escrituras, nuestra denominación Católica Episcopal, como siempre, abre los brazos para ir al encuentro con los hermanos y hermanas de buena voluntad. Con la esperanza en la Unidad de la Iglesia Una de Cristo,

Los Obispos de la Iglesia Episcopal Antigua al frente a la Capilla Catedral San Esteban.

El día primero de diciembre del corriente, en la ciudad de Córdoba, Argentina, visitamos al Reverendísimo Juan Alberto Penner Arzobispo Primado de la "Iglesia Católica Apostólica Anglicana de Argentina" en la Capilla Catedral San Esteban, y participamos de la Ordenación Presbiteral del Diácono Pablo Claudio Salvato.



Los Obispos Leandro Suárez y Néstor Fabián Terragni junto al Arzobispo Juan Alberto Penner.




Ceremonia de Ordenación Presbiteral del Diacono Pablo Claudio Salvato.










Vivimos un hermoso encuentro religioso y participamos de la cena de agasajo del novel presbítero Pablo Salvato.


Que Dios Padre Todopoderoso bendiga esta hermosa amistad ecuménica y nos permita seguir construyendo la Iglesia UNA de CRISTO: "Oh Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, nuestro único Salvador, el Príncipe de Paz: Danos gracia para que de corazón consideremos seriamente los grandes peligros en que nos hallamos por nuestras desdichadas divisiones. Aparta de nosotros todo odio y prejuicio, y cuanto pudiere impedir una santa unión y concordia; para que así como no hay más que un Cuerpo y un Espíritu, una esperanza de nuestra vocación, un Señor, una Fe, un Bautismo, un Dios y Padre de todos, así seamos todos de un corazón y una alma, unidos en vínculo sagrado de verdad y paz, de fe y caridad, y con una mente y una voz te glorifiquemos; por Jesucristo nuestro Señor. Amén."

Arzobispo Juan Carlos